De un verso de José Ángel Valente. Qué desposeer del hecho contumaz y perseverante de la existencia sino a ella misma. La luz declina y retorna en su fúlgido destello por propia naturaleza. Nada nos es dado, salvo la luz. Y, en ella, el reflejo nos desconcierta y confunde. Está en nosotros. Pero advierte y define su estancia si, convertida en materia, la palabra es ofrenda alzada y transparente.
Faire du mot la matière, entregarla para que su mudez sea prodigio de veraz suceso. Para que, una vez ante ella, dejáramos sumir el silencio y atendieramos al eco que en su fecundo vientre brota latiendo de lejos.
Lámour sans nom, ne cesse de t´engendrer, y asuspicia ese don plural, la íntima presencia, si a ella reverencio mi aliento para que su pureza permanezca intacta, tal como es.
La palabra materia y silencio.
"El paisaje no es otra cosa que una impresión, una impresión instantánea , de ahí el título , una impresión que me dio. He reproducido una impresión en le Havre, desde mi ventana, sol en la niebla y unas pocas siluetas de botes destacándose en el fondo... me preguntaron por un título para el catálogo, no podía realmente ser una vista de Le Havrem y dije "pongan impresión"
Impression, soleil levant. Claude Monet. 14 de noviembre de 1848. París. 5 de diciembre de 1926. Giverny. Francia
A José Manuel Galeano; pues, no supimos del gesto herido.
Homenaje a la bicicleta a través de la poesía. Editorial Nuño, 2007
Prólogo y antólogo Francisco Vélez Nieto.
Cuando me regalaron la bicicleta –Mobylette GAC de color verde con guardabarros de metal plateado-, con apenas siete años, mi padre me enseñó a montar en ella. Agarraba sólidamente el sillín por la parte trasera y, tras indicarme que alzara el pedal derecho y arrancara impulsando éste, mantenía con tenacidad el poco equilibrio que me procuraba en mis viajes cortos y experimentales. Una vez contraída cierta experiencia, me dejaba suelto. Entonces, la dirección empezaba a hacer eses y no atinaba a utilizar los frenos. Las manos se aprestaban con pasión al manillar, como tratando de asirse a su tabla de salvación. Pero en realidad me conducían al desastre. Por lo que, en bastantes ocasiones, caí, choqué o tropecé con diferentes obstáculos. Recuerdo que tomar una curva tenía la trayectoria a trozos de una línea recta o que el giro se eternizaba al hacerla demasiado abierta. Él me animaba a perseverar hasta que logré dominarla.
Quizás, influenciado por las películas del Oeste –en aquella época tenían gran aceptación entre el público televidente y, desde entonces, forman parte de mis gustos cinematográficos-, pensé que había domado un mustang alazán, de crines tostadas, de fuerte pelaje e incansable en las galopadas. Así que más que pedalear, cabalgaba. La sensación placentera de este prodigio mecánico venía determinada, en mi caso, con la posibilidad de desplazarme de un sitio a otro. En ese ir y venir, la perspectiva era biendistinta que andando o corriendo. La mirada era otra. Se superponía en la apreciación del paisaje que iba quedando atrás. Espoleaba al centauro en el que me había convertido, animándole con leves golpes en la cadera. Así aprendí a soltarme de una mano.
La bicicleta nos hace gravitar. No ponemos el pie en el suelo y nos deslizamos con la suavidad de una gacela retozando en la sábana. Es mágico. Pues, si bien apenas lo denotamos en ese preciso momento, al pasar el tiempo entendemos que el proceso de aprendizaje es para toda la vida. No es más cierto que nunca lo olvidamos. No rozamos el suelo y, sin embargo, transitamos por él.
Curiosamente, conforme me iba haciendo mayor, y aunque cambié de montura, aquella primera permaneció con nosotros. Mis tres hermanos también aprendieron con ella. Y hoy, aunque no se utiliza, sigue pareciéndome bella en la propia inutilidad de su abandono; la del sencillo mecanismo cuya prestancia y elegancia le viene dada por esa singular simbiosis entre ser humano y máquina.
En la películaDos hombres y un destino -Butch Cassidy and the Sundance Kid, dirigida en 1969 por George Roy Hill-, mientras Paul Newman estimulaba su ardiente curiosidad con aquel invento promocionado en la pradera norteamericana, a principios del siglo XX , la luz última de un plácido verano parecía quebrarse con la canción Rain drops Keep falling on my head. Las piruetas del forajido sobre la bicicleta, tomaban la dimensión cómica de su propia diversión con la complicidad del espectador. Contagiado éste por la sonrisa burlona y feliz de aquél, que se acompañaba de una hermosa mujer. Ataviada con un albornoz blanco, cómplice de su locura y dando rienda suelta a su risa, sentada sobre el manillar. En aquel momento mis ojos de niño no pudieron apreciar el hermoso halo de sensualidad que constituía aquella escena y que me sigue apasionando El televisor en blanco y negro, no permitía precisar los detalles, pero aquel sombrero hongo y chalequillo, como parte de su indumentaria, continúa en mí como una indeleble marca de los recuerdos cuya naturaleza e impronta desconozco. Aunque, tal vez, venga en relación con otra película que vi más tarde, El ladrón de bicicletas -Ladri di biciclette. Dirigida en 1948 por Vittorio de Sica-. Los marcados pómulos de aquel hombre, hundido en su propia desesperación y gastada chaqueta, ofrecían una tristísima extensión de la miseria. La dignidad hurtada por las condiciones sociales. La bicicleta, como símbolo de un tiempo sin esperanzas en las que el ser humano es abocado a cambiar sus principios, a costa de su propia vergüenza existencial.
En estos dos extremos se halla el tiempo actual. Las circunstancias que impulsandefender los principios y los valores de futuro o la agónica y contumaz insistencia en esquilmar los del presente. Esta confrontación tiene su expresión palpable y significativa en la vida diaria del ciudadano de a pie. La estúpida relación entre bicicletas y tren, viene determinando la exclusión de manera parcial de aquéllas.
Cuando ambos transportes siempre han sido complementarios. Sin embargo, disposiciones absurdas, disponen un escenario bien distinto.Aun cuando un personaje de relevancia mundial haya manifestado que “el cargo más importante de la democracia es el de ciudadano”, no es tan cierto como que el de ejercerlo no es el más considerado, a tenor de los hechos sociales que a nuestro alrededor podemos observar.
En este audiovisual podemos disfrutar como ciudadanos emplean la fórmula reivindicativa de la sencillez, naturalidad, alegría y creatividad para demandar un mínimo de sentido común en la alianza entre tren y bicicleta y, con ello, la consecución de una movilidad sostenible y eficaz. Los ajustes entre poder e intelecto - entendimiento, potencia cognoscitiva racional del alma humana- requieren dosis de paciencia en grado sumo. Pues, en muchas ocasiones, sus decisiones se corresponden, sorprendentemente, con hábitos y costumbres carentes de argumentos o,ironicamente, por simple capricho.
... porque la luz renace, en el sutil encanto de aquello que, sin pertenecernos, forma parte inexcusable de los lugares del corazón...
... porque detenida la emoción, en el fanal esplendente de otras miradas, la hacemos nuestra, no por posesión, más bien por devoción de lo que sabemos que de otros es ya...
Comparto contigo, mi alegría de estos días...
Si acaso, la estirpe del tiempo reposa en tu iris, deja que vibre la luz última. Ésta, la que menudea en la sombra, palpando a ciegas la invisible llama.
Querido Amigo. Querida Amiga.
En la emoción de saberte entre quienes me consideran y estiman, no puedo por menos que hacerte partícipe de un poemario que acabo de publicar en la editorial sevillana Voces de Tinta: El milagro y la herida.
En esta nueva obra y creación poética, he contado con la inestimable generosidad y discernimiento de mi amigo Fran Nuño, poeta, escritor, editor y librero. Su especial y singular dedicación a la literatura confirma, desde la objetividad, la fiel devoción y sólido convencimiento en la edición de esta obra .
Asimismo, desde el rigor, honestidad y criterio de Francisco Vélez Nieto. Poeta, escritor, crítico literario y Coordinador de la Casa de los Poetas,que me honra con la autoría del prólogo. En el que realiza un ejercicio de reflexión rigurosa y un análisis ponderado de la obra
En fechas próximas, tendré el gusto de invitaros a los diferentes actos de presentación en Sevilla y provincia de El milagro y la herida. No obstante, puedes adquirir los ejemplares en Librería Nuño (c/ San Luis, 83), el PVP del libro es 10 € y próximamente a través de la librería electrónica ReadOnTime y como libro electrónico en TodoEbook. A cada ejemplar, acompañará un marcapáginas elaborado artesanalmente por mí, incluyendo un poema inédito.
En archivo adjunto podréis ver la portada del libro, cuya ilustración ha sido realizada por mi compañera de Baratillo Joven.CreAcción Poética Saray Pavón Márquez.
En el blog de Voces de Tinta podéis ir viendo las distintas noticias al respecto
Los olivos, a través de sus ramas estilizadas, cernían la transparencia de la luz en la tarde de agosto. En el aire flotaba un espacio de ausencia. El cielo esplendente y abierto como unos labios deseosos
sumía el desabrigo y la destemplanza sin más razón que el puro ejercicio de la añoranza. Se dispuso la emoción para contravenir.
Andar tras los sueños es afán de ilusos, dicen. Quizás, nunca deje de serlo o, acaso, la semilla germina por azar y, aún recogida su fruto en gavillas, la raíz, frágil e invisible, permanece en la tierra.
Alanís, 30 de agosto de 2.009.
20 de febrero de 1888.
Vincent van Gogh llega a Arlés, procedente de París, y se hospeda en la casa Carrel, en el número 30 de la calle de la Cavalerie. Empieza a pintar con un ardor inusitado. Para combatir el mistral ata los pies del caballete a estacas, con el fin de que aquél no sea un obstáculo en su deseo incontenible por pintar estos “huertos de Provenza de una alegría monstruosa”.Tanto es así que destina sus escasos recursos económicos, única y exclusivamente, a los útiles de pintura, malnutriendose con pan y queso. Incluso solicita a su hermano Théo –encargado en la galería de arte de Goupil, en el boulevard Montmartre de París- demás de cien tubos y diez metros de tela que él mismo se encarga de ajustar al bastidor. “Cuando he dejado de beber, cuando he dejado de fumar tanto, cuando he comenzado a reflexionar en lugar de intentar no pensar, entonces, ¡Dios mío ¡ ¡Qué melancolías y que abatimiento”. Vincent es un hombre agotado y enfermo.
Vincent sueña con una asociación utópica de artistas y marchantes, en la que estos últimos “no sean usureros”. Los artistas reconocidos colaborarían con los menos, procurándoles ayuda para las telas. “Ciertamente, si pudiera ser, me gustaría no tener que vender jamás”.
A principios de mayo, alquila una casa por un año con una mensualidad de 15 francos. Se trata de una casa de cuatro habitaciones, situada en la plaza Lamartine, a la entrada de la ciudad. La singularidad estética estriba en que está pintada de amarillo y encalado su interior. Lo llama Estudio del Sur. Este soñado falansterio es decorado con las más bellas telas de esta época: Los girasoles, La casa amarilla, La noche estrellada, Los jardines del poeta... “Cuando se tiene en el interior ardor y espíritu, no puedes apagarlos –es preferibe arder que apagar. Lo que se lleva dentro tiene que salir. Por mi parte yo experimento un consuelo cuando pinto”
Invita a Gauguin “enseguida verás que he pensado en ti al prepararte el estudio con una gran emoción”. Pero éste posee otros intereses menos colectivos y es incapazde reconocer este grado de altruismo tan absoluto. Tras algunos incidentes convivenciales, Théo, dispensador de los únicos fondos del pintor, recibe una carta de Gauguin, a escondidas del hermano, “Me veo en la necesidad de que me mandes parte del dinero de mis cuadros vendidos. Después de pensarlo mucho, me veo en la obligación de volver a París; tanto Vincent como yo no podemos vivir juntos por la incompatibilidad de carácter y los dos necesitamos tranquilidad para poder trabajar”. Desarbolado por la decisión de Gauguin e imputándose la responsabilidad de su marcha, Vincent ve penosamente naufragar el sueño que perseguía. Su relación comunal apenas alcanza los dos meses.
Embargado por la desesperación que le provoca esta situación, se une a ella el futuro matrimonio de Théo. Una vida familiar que Vincent nunca podrá tener. Guiado por el grado absoluto de su compromiso artístico ve peligrar la complicidad de su hermano. Este aparente desaire, está cargado de una profunda amargura, porque quisiera alegrarse de su felicidad. Tal vez los recuerdos de un pasado familiar lo asalten durante los días de Navidad.
Vang Gohg frecuentaba la plaza de toros de Arlés. La fatalidad –cercenado el lóbulo de la oreja derecha- puede enmarcarse en el testimonio fehaciente y simbólico de una derrota. La muerte como efecto triunfal de las corridas de toros en las que el matador ofrece la oreja del toro. Pero en este caso, haciendo del ritual un acto de sacrificio y no de dominación. El día 24 de diciembre, desde la casa amarilla, taponando la hemorragía primeramente con servilletas mojadas y envolviendo después la cabeza, mete la parte de oreja seccionada en un sobre, se coloca un gorro y se dirige a la calle Bout-dÁrléssedonde se encuentra la “casa de la tolerancia nº 1”. Entrega el sobre a Gaby, una jovencísima prostituta cuyo sobrenombre es Rachel, la única que puede homenajear su derrota diciéndole: “Guarda este objeto como si fuera un tesoro, en recuerdo mío”. Tras este suceso es encerrado en una celda del Hospital Principal. Siendo diagnosticado de una crisis nerviosa de origen epileptoide con alucinaciones y delirio de la que recaerá en repetidas ocasiones hasta su muerte.
Escribía Van Gohg: “Qué vuestra luz ilumine a los hombres. Creo que ésta tiene que ser la divisa de todo pintor”.
La luz, aún en la sima más profunda, oscura o lóbrega, olvidada de las miradas que puedan conveniar compromisos o intereses, desposeída del oropel que nubla los sentidos, permanece recóndita en el espíritu que ennoblece su llama.
Ciego es el lugar en que el alma humana se adentra en el abismo. La naturaleza de éste no reviste importancia. En aquél, la lentitud exasperante de la lucidez, declina en amargo sabor.
¿ Cómo desprenderse de la propia acción cuando ésta aceleró más allá de nosotros ?
¿ Qué, ahogado el gozo, hará estancia cálida para aliviarnos de este constante avatar ?
Conseguido el poder, la determinación por asir la vana y fútil gloria, el proceso que se aviene para entronizarnos, para envanecernos y ensoberbecernos nada importa excepto el momento. El cruel e intransigente momento que denota el peso del hecho. Por él, tras el desenlace, la indecisión y el remordimiento. Un laberinto que atenaza la víspera y, aún, el hoy. Mañana será sombra que nos acompaña.
Si estuviera hecho, una vez hecho, entonces estaría bien que se hubiera hecho pronto; si el asesinato pudiera echar la red sobre la consecuencias, y con su cesación, asegurar el éxito, de tal modo que sólo ese golpe fuera total y el fin; aquí, aquí mismo, en este banco, en este bajío del tiempo, saltaríamos a la vida venidera. Pero en estos casos seguimos siempre sometidos a juicio aquí, ya que no hacemos sino enseñar lecciones de sangre, que, una vez enseñadas, regresan para asolar al inventor. Esta Justicia de mano equitativa acerca de los ingredientes de nuestro cáliz envenenado a nuestros propios labios.
Macbeth. Acto I. Escena VII
William Shakespeare.
1654-1616 Stratford on Avon.
Macbeth, resuena en el eco sangriento
que vocifera la venganza del cielo;
tu corazón de negra y gruesa arena
enturbia tus lúcidos pensamientos.
El puñal agita el siniestro duelo,
tres brujas que alientan el miedo;
manos cuajadas de remordimiento
ansían el brillo fugaz del cetro.
Con la palabra crea el vínculo,
con su deseo propone el mío.
A Suri Emilio.
Andamos descalzos;
a tientas, por el beneplácito de la duda,
discretos, por el de la esperanza.
Salvador Dalí.
Una de las trece ilustraciones
para Macbeth de Shakespeare.
1904-1989. Figueras
El día 13 de mayo de 1988, Chesney Henry Baker -Chet Baker-, moría al caer por la ventana de un hotel en Amsterdan. Tenía 59 años, aparentando alrededor de 80. Consecuencia que la larga adicción dejó en su metabolismo. La defenestración fue desde la segunda planta. Se destrozó la cabeza. La autopsia indicó que había ingerido cocaína y heroína.
Bruce Weber, director del documental Let's get lost, que realizó sobre Chet baker en 1988, decía de él, provocaba esa ilusión, puro romanticismo, pura dulzura, pero esa misma ilusión se volvía desilusión porque Chet no podía comprometerse con nada ni con nadie. Era una rueda que no dejaba de girar y que nadie podía sujetar. Sólo valía contemplarle cuando se dejaba, pero no podías pedirle más. Chet provocaba puro romanticismo, pura dulzura, y luego desilusión. Este documental se estrenó en 1989, poco después de que Chet Baker falleciera, lograba el Premio de la Crítica en el Festival de Venecia.
El final de Chet Baker está lleno de interrogantes. La versión oficial sostiene que sobre las tres de la madrugada la policía holandesa retiró su cadáver de una acera, bajo la ventana de su habitación de hotel. La muerte se atribuyó a suicidio o accidente causado por la droga, aunque las evidencias contradictorias fueron numerosas.
En Deep in a dream. The long Nigth of Chet Baker, biografía escrita por James Gavin, nos dice: Era muy propio de Baker hacer que todo el mundo se planteara preguntas, incluso después de muerto. Fue un hombre de tan pocas palabras que cada una de ellas parecía misteriosa y cargada de significado." La biografía de James Gavin despeja ciertos interrogantes sobre una figura que ha seducido a muchos y en muchos lugares.
Y aunque estaba encadenado por su adicción, cuando tocaba escapaba tan dentro de sí mismo que trascendía, se elevaba a las alturas, según Lisa Galt Bond.
De tus dedos, nace la luz mortal que los pistones trocan en verso, describiendo en las celestes notas un anhelo dulcemente fiero. Tus alas de cruel blancura, de acero cuajaron su vuelo, cual Ícaro, cegado en la aventura, lágrima de cera, fulgor bello.
Una vez tras otra, tu voz menudea - time after time-
alrededor de mi cuello delirante, seducido por la fresca comisura de tus labios que no reposan, salvo en la mirada que hace del olvido un gesto de abrumadora misericordia.
Sólo sé lo que sé, esta luz desprendida -I only know waht i know- renacida en las mismas heridas que sólo el amor reclama para sí, fugaz milagro que arde en los días como pavesas, en su propio fin encendidas, ya cenizas aventadas sobre mis sienes.
Una vez tras otra, voz de agua -the passing years will show- fluye y despliega su desnudo manto hasta la linde que abriga tu pecho, como un océano de inflamado fuego. Allí, estéril, el tiempo vaga sin encontrar su lugar, su asiento, el acomodo que sólo me celebras tú.
Sólo sé lo que sé, trémula dicha -and, time after time- que recorre mi espalad, sin prisa, retozando placidamente, sintiendo que la luna de mayo late en el cielo, tan lejana y distante como el recuerdo de aquel reflejo en tus ojos dormidos.
A la memoria de Chet Baker. A los Compañeros y Amigos Antonio, Vicente y Luismi de la Asociación Apoloybaco, Jazz, Vino y Literatura, oferentes de la Amistad.
Ahora, es el aire la sombra; sombra como pisada en el charco, porque las ausencias hablan de tiempo pasado. El reverso de la palabra que sana, luciente soledad de tránsito que reclama en la esquina la invisible sombra de paso. Arrojado sobre el día; extraño, distinto en el gesto; ebrio, asombrado por el llanto. Sólo el alivio de ala rota -gorrión dando saltos-, está de más la pérdida que no hallo. Ahora, es el aire la sombra; sombra como el letargo.
La sombra.1953. Pablo Ruíz Picasso. 1881-1973 Málaga - Mougins
Proferir el sonido lóbrego y austero que la muerte dejó en mi boca cuando te nombro, padre. Necesito que el dolor me alcance y atraviese la memoria de tus ojos antes que la sal ciegue los míos y la luz clausure tu rostro.
Dolor. 1998. Jacinta Gil Roncalés Benimámer-Valencia- 1917.
Existe un vacío rehuido, incendiado en el miedo de cuanto asoma de nosotros. Permanece oculto, encerrado en el profano fragor del olvido distante del devenir diario, de la sucesión de hechos imbricados, del cansancio agitado en las pupilas.
Desenvuelta la dicha, así convencida en su afán de propiciar el goce delectante, arrobado en este íntimo pensamiento, el que provoca que derrame todo mi contenido en la luz. Y nada sostengo. La mirada -deleble paisaje en la tuya- apenas dulcifica lo que fui.
No hallo la respuesta, pero el asombro es un prodigio.
Callas.
La vida grita como un demente en el iris.
Desnuda.
Arrebatado del clamor que no se extingue en el deseo.
Sola.
Mi voz extraviada ya no luce en el alminar de tu paisaje.
Vine para detenerme en las aguas de tu rostro. Su hondura no hizo pie pero si corazón sumergido en cada onda arrugada por el viento que arrastra la memoria de los días.
El rastro de tu mirada
La linde del vértigo
Sol de oro sobre la enramada
Sol de oro sobre la enramada, cántico de un azul desprendido, la luz es el gozo de entereza asomada en la paz de tus ojos.
En la boca el hechizo, en los labios el brillo, en el beso tu aroma, Descubre tú, el delirio...
El milagro y La herida.
I Y vimos amanecer en la sed de tus palabras, porque el aliento divino es mudo hallazgo de invierno. Próxima la senectud del otoño, arrecia el frío con destemplanza acusada. Danos calor en tu ansía recobrada de la sustancia amarilla del corazón...
II Dame, Hermano, la prestancia del gusto que nos embarga de ebria lucidez.
III Vinimos del espacio que nos hizo sobras.
IV Allá, La Palabra es signo de eternidad. La que muere en el engaño que compartimos. Ya no no seremos nuestros.
V
Exudo el azahar de tu bello rostro sobre el espejo del día.
VI
En la naciente enormidad de lo menudo.
VII
El gesto, una dúctil sonrisa.
VIII
Abramos el dolor en la mitad. Una para ti y otra para mi. No las unamos jamás.
IX
El Poema, la muerte más detenida.
X
Rila el destello, de la tarde verdeamarilla, sobre el asfalto de carreteras perdidas en el viaje de ida pero halladas en el de vuelta. La Casa Encendida está ahí. La ves. ¿ La ves ?. ¡ La ves !
Lugares de tu nombre
Vuela el ocaso
La luz
La luz, arrojada como el mar, en tus ojos inescrutables.
Vitriolo inflamado colmado de azul.
Sobre un corcel de acero
Sobre un corcel de acero cabalga el dolor del tiempo, los ojos del niño ausente mueven las alas del sueño. El corazón en la pedalada aflorando con voz de viento.
Fuimos la medida de lo concreto, el espacio asomado, la ventana, los ojos, nosotros, tu, yo.
El tiempo deshabitado
Tras la lluvia.
La silueta del viento
La silueta del viento, se describe apaciguada en la sombra del árbol.
Sólo tú, en la palabra que silencian mis labios.
por que de tu voz dormida en el agua
... porque de tu voz dormida en el agua, la paz me sugiere escucharla y saborear su delirio...
Así me hallo para continuar en la senda propicia y azarosa que entrecruzó nuestras palabras.
"La Poesía es un arma cargada de futuro" Gabriel Celaya.
...titilan los deseos como el canto del ruiseñor, invisible en la enramada del álamo blanco...
Un beso de vida.
El tiempo deshabitado
Solísimos naranjos
Abraza.
Abraza. Es cálido. El corazón nos asedia.
Rastros de tu mirada
Tú entre ellas
Luz cenital
Luz cenital arrojada, tenue, discreta, como tu ausencia.
El pálpito translúcido
A través de tu lágrima
Trémulo albor
Trémulo albor, declamado en la ausencia: renacen los augurios, viven las emociones, desnudan la palabra escrita, hallan cuánto desean, asienten a tu voz lejana.
Todo está por llegar, todo está por vivir. todo está en ti.
Un beso de vida.
Rastros de tu mirada
Aflorando
Luz naciente en tu boca
Luz naciente en tu boca que abre las raíces de mi pozo sediento en la humedad dichosa.
Abro la mitad para darte lo que me ofreces a cambio de tu voz clara, rotunda y nítida.
Vislumbro cuánto de ti me asombra.Y espero tu llegada a la estación con flores en el ojal.
Lugares de tu nombre
Enraizados
Ven
Ven. La escarcha es fría pero mi regazo es cálido.
Acomódate. Tu acero en la voz resplandece de ocaso.
Descansa. El disparo se aleja bajo las verdes aguas.
El tiempo deshabitado
Más allá
Y así me refresco...
Y así me refresco...
en la nítida voz que desnuda la intimidad del deseo abierto de par en par. Como un cíclope, con su único ojo sin párpado, de mirada aviesa pero expectante a su derredor. Ensimismado en el sabor de los besos que se añaden al rastro ensalivado sobre la cartografía de tu cuerpo. Ahora que la penumbra estival remueve el pozo brillante...
Lugares de tu nombre
Susurros
Sobre la luz cenital del albor
Sobre la luz cenital del albor, hay un rastro de frío sereno que se entretiene asomando la claridad en los espejos. Trozos de cielo encendido sobre la faz del universo, la lejanía de tu palabras hacen huecos de silencio.
El tren, deshoja las raíces del tiempo.
Te abres a la luz
Te abres a la luz, frágil luciérnaga, y pones lo mejor de ti en cada vuelo nocturno. Abrazo el momento de reir en la lumbre de tu mirada. Cautivada por lo celeste y el firmamento solitario, allí la estrella será cuánto quieras y desees.
Sólo en ti, pasamos de puntillas y susurramos tu nombre.
Un beso de vida
Rastros de tu mirada
Sobre el aire
Lugares de tu nombre
Abiertas están las puertas
Luz naciente en tu boca
Luz naciente en tu boca que abre las raíces de mi pozo sediento en la humedad dichosa.
Abro la mitad para darte lo que me ofreces a cambio de tu voz clara, rotunda y nítida.
Vislumbro cuánto de ti me asombra.Y espero tu llegada a la estación con flores en el ojal.
El tiempo deshabitado
Eres tú
Nombrar ausencias
... nombrar ausencias: mojar el agua en tus ojos.
... nombrar ausencias: sentarse sin tener prisa.
... nombrar ausencias: escribir el verso herido del tiempo.
Eres increíble.
Poemas al aire... BErSOS a los labios.
Mirada enredada
Mirada enredada en la gusanera; cautiva presencia en el corazón, anegada del beso del aroma, de la flor.
Eres increíble.
BErSitOS.
Lugares de tu nombre
Travesía encendida
Mascarón de proa
Mascarón de proa que corta la mar, y prosigue fiel al horizonte que tus ojos han descrito. Vuelves, amor, para dejarnos en el hueco, insomne y preciso, el pecho anidado de cánticos,
Savia que paladeas y con la que enjugas la añoranza.
Trazos firmes para que la invención sea única.
Tu boca, sueños de verano en la noche sedienta.
Manantial que recorre la linde de tus ansias.
Caricias guardadas en el cajón de las flores.
Un placer REconocerte en la voz menuda de la tarde. Gracias por seguir en la senda de La Palabra.
Un beso de vida.
el tiempo deshabitado
Fueron tránsito de caminos de hierro
Cuando manejas su vuelo
Con voz de nácar andan tus sueños, porque de ellos es la voz accesible de tu alma...
Cuando manejas su vuelo, la cometa se eleva como un lamento, y escruta la mirada que guardas en silencio. Desde allá arriba, aunque el dolor nos haga volar, el hilo se extiende desde nosotros mismos hasta el cielo... nada nos impide cortarlo y dejarla perderse en el momento.
Un beso de vida.
Lugares de tu nombre
Mar celeste
Desnuda La Palabra
Desnuda La Palabra, sin vestiduras ni apremios, sin despedidas ni bendiciones, sin máscaras ni remedios, sin esperas ni lamentaciones... ¿A qué refrenar este delirio... ? Los deseos son espejos que sangran por la boca y abortan en el pecho cuando navegan sumidos en un destino incierto.
Eres increíble.
En el reBErSO del BErSO reBEStidO en tu anBErSO.
Lugares de tu nombre
Todo es Jazzcaranda
A Olga y sus padres
La mirada del Hombre se apacigua, si en la contemplación de su gozo pequeño la luz cansina de la tarde suaviza la habitación del hospital…
Hermano Poeta, te deseamos los que te queremos que nuestros versos te acompañen y velen tu espera. Esa espera que pronto será bienvenida en casa y alegría en tu corazón.
Azules esperas para Olga, versos que anuncian tu voz. Tus padres centauros del desierto de ese pequeño gran deseo por ti, ¡Cuánto amor dormido en el dolor…!
… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando.
Juan Ramón Jiménez.Poemas agrestes1910-1911.
Los lugares espejeantes en la corriente fluida, se sumergen atónitos en la calma anaranjada y desamparada de la tarde. Vimos acercar la henchida nostalgia, hueca de deseo, y en los altos pinos prendo su llanto de medio siglo. Tul de brisa mordida en los labios anhelantes; se entreabren, extraviados, buscando el rastro de aquellos que le dieron latido y forma. Arrebolado y en símismo, el cielo es un mar mudo, surcado por el tono ausente de tu hermosísima Palabra. Se agita poderosa la nave que en el Atlántico propuso El Diario de un Poeta Recien Casado. En esa plenitud me duelen tus versos pero me acaricia, aún más, esa prestancia indefinible que derrama tu Hecho Poético. Vienes a mí, lumbre célica, titilante el espíritu de la llama, embriagada la voz, de viento dormido, para trotar como Platero en el prado y degustar las ambarinas gotas de los higos, dulces como el otoño.
Las cigüeñas regresan en primavera. Asienten gráciles, esbeltas, en línea que nada se olvidó en el camino e irrumpen con deseo en el celeste y vertiginoso abismo del espacio. Así vuelves a entender mi territorio, ese que se extiende en el ocaso horizonte, inflamado por los últimos rayos, que sostienen la luz difusa de cuánto tuve y ahora torna a la memoria que me envuelve.
Vinieron los días de versos de diferentes colores y formas, asomados a las manos y a los ojos, cabalgando por las venas, trotando en el corazón. y sobrecogido, me dispuse a colmar mi paz en tu palabra.
Eres increíble
A los Cadáveres Exquisitos que impulsa mi Amiga y Poetisa Saray Pavón Márquez
Lugares de tu nombre
Jazzcaranda
Lugares de tu nombre
Sabiendoos queridos
Anduvimos sobre la palabra marchita
Anduvimos sobre la palabra marchita y la sal se pego en los labios, la luz se colocó como transparencia (de hilos y no se esforzó en dorar la vida. Quizá no entendió el gesto de tu (mano, el ademán de tu tímido saludo, pero el día se dobló por la mitad.
Rastros de tu mirada
Vislumbrando el viaje
Esos pedazos que se hacen versos
Esos pedazos que se hacen versos y asoman su opaco brillo, la amalgama de respuestas, la sensación de ausencia, el vacío del umbroso pozo. Y, mientras tanto, no cabe el aliento si no es con tu nombre a mi espalda, cargada de ese tu recuerdo.
¿Cuánto es preciso abrazar para, simplemente, entender la correspondencia que vincula La Poesía con la belleza del alma humana en sus diferentes registros...?
El abrazo es una aproximación, en la que se unen los corazones que saltan desde el pecho: esos que generan el latido ferviente por saberse vinculado a lo hermoso de los demás...
Gracias por estar ahí...
Lugares de tu nombre
Bellezas serenas
La Jacaranda
La Jacaranda se siente dichosa de estar entre calles de poetas y de contemplar a otros nuevos que nacen cerca de ella, que, sin solución, laten con miradas.
Pero, con las ramas caídas, hoy duerme en la espera de versos; la boca se entreabre y nota la mano que se posa acariciando las palabras calladas.
Entre los dedos se me queda, demasiado temprano, otro "buenas noches" sin ti y un poema visual con tres sonrisas para ti.
A Pedro Luis Ibáñez Lérida. Por todos y cada uno de los insomnios compartidos.
Vuelan las sonoras sonrisas, imbuidas en su desasosiego, por enfervorizar su destino en los labios de los sedientos. El café humeante se bebe con placer, deleite y sueño; en el alfeizar de la ventana un gorrión acecha y picotea. Quiero pensar que es un verso, que viene a visitarme y dejar su rastro en el poema que, como éste, acabo escribiendo. Te envío mis sonrisas en el aire que tibio surca, de oriente a occidente, en el deseo de las tuyas que describan la paz y el verbo.
... es un oasis pasear por tu Cuaderno Pictórico y lírico. Te envuelve ese halo mágico que nos acompaña siempre pero que sólo, en contadas ocasiones, resuena dentro de sí... como un verso desnudo.
Dibujos que nos envuelven en la luz dichosa que la palabra ama.
Ausente, se hace patente tu no presencia, padre. Pero ya sabes, mis letras te llegaron y no respondiste. Y, aunque mi dolor lo desconozcas, lo siento por ti, te pierdes lo mejor que soy, una parte de ti que desconoces.
Eres increíble.
Lugares de tu nombre
Luces de luz
Vuelven a pulsar
Vuelven a pulsar las emociones en el intercambio de verso a verso
Estamos conFabulados, aNosnadados y plenos por el lugar donde nos sitúas...
En ti.
Poemas al aire... BErSOS a los labios...
Eres increíble.
Lugares de tu nombre
Jacaranda Blues
Eres un verso enaltecido.
Eres un verso enaltecido, impregnado en el asombro que se hace metáfora, como el silencio que aulla sin tiempo para vislumbrar el horizonte del viento. Allá vienen las melodías del amanecer que resuena por los lugares de la memoria; deshace la vida en la cintura, la rodea con sus brazos y la enfrenta al abismo de un jarrón vacío y una mirada ausente. Nada nos pertenece, excepto el polvo en la cabeza.
Eres increíble.
En la luz definida
En la luz definida, que se alza discreta, devota de cuánto eres; Aún, si persiste el dolor, más se detiene el verso en la palabra que nace de ti.
La mirada como fuente excelsa, que remansa su agua hechizada en el cantar de tus ojos rientes. No hay vacío, soledad o autoinmolación; se suceden las solturas que tremolan sobre el naciente hecho que es la propia vida. Como si de una inesperada agitación se resolviera, vienes a poner el punto y aparte con tu sonrisa.
Eres increíble.
Lugares de tu nombre
El agua de La Vida
Rastros de tu mirada
¿ Qué estarás haciendo tú...?
¡Cuántos acertijos por descubrir...!
¡Cuántos acertijos por descubrir...! ¡Cuánta belleza por disfrutar...!
El arrullo de las voces quedas, de La Palabra revestida de sentido y sensibilidad y de naturaleza envolvente, nos ofrece la repartición de los momentos que nos agigantan y nos destinan a los demás.
Sortilegio de tiempos, nombres y poemas que se aman en el comunal ágape de los mismos.Y así, nos hacemos los unos de los otros porque lo dispuso La Poesía.
Breve microcosmos, espacio inédito, rincón creativo que provoca este hechizo: La Palabra unida al Alma. El Alma tejida en la Amistad. La Amistad imbricada en el ánimo y en el júbilo por sabernos dichosos.
Gracias por ser quiénes sois: retazos de mí mismo.
Eres increíble.
Poetas en el camino
Rutas en el alma
Saberos ahí
Saberos ahí, con La Palabra Entregada, a la espera que germine en la luz naciente que nos agita el alma.
Saberos ahí, haciendo festín deleitoso de un cadáver exquisito que vincula los lazos invisibles en el ansia.
Poetas en el camino
Rutas del alma
Desconozco este afan
Desconozco este afán, que me reclama, por saber cuánto eres. Desconozco su origen, que, proscrito, campa a sus anchas. Desconozco el camino que evite el dolor; pero lo que no cesa, es tu existencia permanente en mi cabeza.
Eres increíble.
Poetas en el camino
Rutas por el alma
Miro el cielo
Miro el cielo y ausente de destellos leo tus versos.
Eres increíble.
Hay siluetas que se adentran
Hay siluetas que se adentran, hay siluetas que se encuentran.
I Dejo voz y palabra esperadas.
Soy responsable del color que subraya este poema, mi escritura me delata.
II Los trenes se retrasan.
Somos el verso que se escapa del poemario; railes destemplados que asaltan la esperanza.
III Vivir en el continuo presente.
El banco del parque y la sombra del árbol, se agolpan sobre mi espalda rota.
IV Tropiezo en el recuerdo angosto.
¿Quién es ese que viene conmigo, apenas lo presiento... un escalofrío me recorre el sueño.
V La memoria del tiempo se asoma.
Nadie lo detiene. Es así devorador de colores y formas, menos las que te pertenecen a ti.
Eres increíble.
Lugares de tu nombre
El remanso de tu mirada
En tí
Vuelvo el verso del revés, como el calcetín al tenderlo, y, entonces, puedo asentir el poema que se hace silencio.
Lugares de tu nombre
Flujo riente de luz
Aromas fragantes
Jazz Tú
Donde la voz nos alcance
Donde la voz nos alcance y defina cuánto somos, allí, sin otra vestimenta que los poemas sedientos de aquella que los recite y acaben siendo tus sueños.
Eres increíble.
BErSOS de vida.
El tiempo deshabitado
Olvidos inapreciables
Comenzamos el silencio
Comenzamos en el silencio y terminamos en la hondura, que se abre como el cenit a la oscuridad luminosa de los reflejos del río. Vienen los poemas, cogidos de la mano como adolescentes que ríen sin prisa. Acá, en la memoria herida, sueña el amanecer y, sorprende a aquellos sobre su propio equilibrio. Nada me es más dulce y cercano que la palabra entregada entre fotograma y fotograma. La vida está torcida y tu cámara desnuda.