Proferir el sonido lóbrego y austeroque la muerte dejó en mi bocacuando te nombro, padre.Necesito que el dolor me alcancey atraviese la memoria de tus ojosantes que la sal ciegue los míosy la luz clausure tu rostro.
Dolor. 1998.Jacinta Gil Roncalés
Benimámer-Valencia- 1917.
Existe un vacío rehuido,incendiado en el miedode cuanto asoma de nosotros.Permanece oculto, encerradoen el profano fragor del olvidodistante del devenir diario,de la sucesión de hechos imbricados,del cansancio agitado en las pupilas.Existe un vacío proscrito,
entregado a la mudez
de la palabra herida.Asiente mísero, excluidoen la soledad sin memoria,endosado a la intemperiedel alma que tirita.Leyendo poesía. 1957.Milton Avery.EEUU. , 1893-1965.