jueves, 18 de septiembre de 2008

La franja habitada se nubla.
























La franja habitada se nubla,

no cede su naturaleza
ante el inevitable avance,
pero se entristece y calla.
Este lugar agoniza ensimismado,
no percibe que el fin se aproxima
y, con él, la claridad del mar,
como gozo sin fondo ni vacío,

aún por llegar, aún por existir.






Cementerio de barcos. 1953.
Benito Quinquela.
Argentina. 1890-1977.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Los versos...
La imágen...
Esa sensación de abandono, de naufragio inminente mas, en el fondo, se adivina una claridad de esperanza hacia un futuro incierto.
Como siempre, me quedo temblando y aplaudiendo.
Un saludo.

La sonrisa de Hiperion dijo...

"Este lugar agoniza ensimismado,
no percibe que el fin se aproxima
y, con él, la claridad del mar,"
Chulísimo.
Saludos

Pedro Luis Ibáñez Lérida. Sevilla. dijo...

... gracias, Sacra. Me ofreces tu emoción con la generosidad dichosa de sabernos identificados.

Un beso de vida.

Pedro Luis Ibáñez Lérida.

Pedro Luis Ibáñez Lérida. Sevilla. dijo...

... gracias Antonio, como siempre, por visitar tu casa...

Abrazos de vida.

Pedro Luis Ibáñez Lérida.