martes, 23 de septiembre de 2008

No era oro errante

No era oro errante, el lastimado
exilio del sol -ya sombra- en el poniente;
ni siquiera febril proclama
de luz agónica y última;
Sobre los pinos, el hálito del día
parecía gravitar a lo lejos
como el eco sordo de las nubes.
En lo hondo, no parecía tener fin,
el instante prendido en la contemplación
del espacio fenecido en el ocaso.

















Lo profundo.
Jackson Pollock.
Estados Unidos. 1912-1956

2 comentarios:

Corina dijo...

Esta puesta de sol es más bonita que las que he visto, y eso que es difícil.
Un saludo.

dulce dijo...

Era el brocado dorado
del feneciente día.
Era la esperanza del mañana
pintando de tibieza
nuestra triste vida.