viernes, 1 de febrero de 2008

Descubro en la dormida fuente

Descubro en la dormida fuente,
la soledad de las ondas marchitas,
la turbiedad y lividez de su ocaso:
adivinación de la noche encendida.

Flujo de cristalino goteo,
dejó hipnótica metáfora desvelada,
asombro de la oblícua mirada,
espejo de un sueño postrero

Caudal mudo que anuncia,
con voz sumergida y oferente,
el deseo de vana esperanza
en alma perdida y ausente.

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