viernes, 29 de febrero de 2008

Se duerme en mi hombro

Se duerme en mi hombro,
la entonación de otro tiempo.
Vertiginosos episodios regresan
y se abrazan a mi encuentro.
El hospital regala a destajo
desasosiego, sed y desierto,
vaso de agua oxigenada
en mesita de noche silenciosa.
En el alféizar de la ventana
el alivio espera una invitación.
El cielo duele en los ojos
vidriados, legañosos, resecos,
alfileres en los párpados,
resistentes aunque maltrechos
marcan la madrugada
larga, extensa y dilatada.
Las ambulancias gritan
el vacío eterno del adiós.



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