sábado, 1 de marzo de 2008
No...
No...
No...
no soy yo el que habla
ni siquiera el que ama,
incluso el que piensa.
Creo, más bien,
una sombra funesta,
un vulgar dicho,
una esperanza baldía
No...
No...
no quiero saber quién soy,
reconocerme en mi mismo.
Prefiero andar vagabundeando,
oír el flujo del agua invisible
en la plaza a mediodía,
sentirme un anacoreta sin fe.
No...
no soy yo el que habla
ni siquiera el que ama,
incluso el que piensa.
Creo, más bien,
una sombra funesta,
un vulgar dicho,
una esperanza baldía
No...
No...
no quiero saber quién soy,
reconocerme en mi mismo.
Prefiero andar vagabundeando,
oír el flujo del agua invisible
en la plaza a mediodía,
sentirme un anacoreta sin fe.
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