domingo, 18 de mayo de 2008

Con mi padre andaba hasta el parque

Con mi padre andaba hasta el parque,
y, mientras escuchaba la radio en su mano,
el sol contraponía la calidez
sobre su espalda y mis orejas,
rojas por la calentura otoñal.
Jugaba con mis hermanos.
Me perdía en mis silencios.
Pero siempre me llegaba el débil
murmullo radiofónico.
Me sobrecogía,
levantar la cabeza, y verlo allí.
En sí mismo, ausente, alejado.


Hace tiempo que no visito el parque.
Y me sigo sobrecogiendo.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Te debía esta visita a tu blog y quedé atrapado entre sus versos. Siempre dices que la poesía es un lugar de encuentro, y eso es cierto. Tu poema sobre tu padre y el parque probablemente fue quién me llamó a asomarme a este lugar, ahora que hace justo un año que mi padre dejo de estar a mi lado. Un abrazo, amigo.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Con mi padre nunca anduve hasta el parque.
No había radio y, los silencios,
se sentaban a jugar conmigo,
a regalarme momentos de ausencia.


Muchos bersos!

Anónimo dijo...

Nos tienes que mandar las fotos :)

Pedro Luis Ibáñez Lérida. Sevilla. dijo...

Querido Luis Miguel, Poeta y hermano del Verso y La Palabra. Es para mí una inmensa alegría tenerte entre los amigos y amigas que comparten lo que ya es NUESTRO espacio.

Fue un placer visitar el tuyo. La trama de la Amistad hay que reforzarla y estrechar vínculos, y que mejor que aproximarnos y abrazarnos a través de La Poesía.

Ya sabes, que en este lugar el lar está abierto para que te descalces y estés cómodo.

Un beso de vida. De esa vida que tanto nos roba como nos regala. No te dejes vencer por la tristeza, tu alegría nos es necesaria.

Un saludo afectuoso de paz, poesía y libertad.

Pedro Luis Ibáñez Lérida.

Pedro Luis Ibáñez Lérida. Sevilla. dijo...

Esti Amada Poetisa de la Palabra Bendecida en tu Propia Luz:

este rocambolesco título no es con afán barroco retórico. Así lo siento, así lo escribo...

Las carencias también nos ayudan a hacer de nuestra alma un lugar hermoso en el que conjugar lo pérdido con lo hallado. Y así, saborear esa mezcla agridulce que conforma la vida.

Tu dolor, también es nuestro por que te queremos y sabemos la valiosa persona que eres. Así que los silencios se convierten en sonoros BErSOS que, desde aquí, te envío con ese golpe de audacia que quiero incorporarles, y que seguro te llegará con ademán brioso e incformista.

Y los momentos de ausencia se hacen poemas que quieren consolarte. Aunque ya sé que posees coraSONrisas:

Ausente, se hace patente
tu no presencia, padre.
Pero ya sabes,
mis letras te llegaron
y no respondiste.
Y, aunque mi dolor
lo desconozcas,
lo siento por ti,
te pierdes
lo mejor que soy,
una parte de ti
que desconoces.

Un beso de Vida. ¡¡ Te queremos !!
BErSOS a troche y moche.

¡¡ ni un solo gramo...!! ¿ eh...?


Pedro Luis Ibáñez Lérida.

Anónimo dijo...

Soy feliz Pedro. Las ausencias, los dolores pasados me han hecho ser quien soy. Conocer a gente fantástica como tú y tener corasonrisas :)

Anónimo dijo...

Gracias, Pedro, por tánta poesía.

Pedro Luis Ibáñez Lérida. Sevilla. dijo...

Gracias a ti, luis Miguel, por andar por el salón de estar, de esta tu casa.

... en el camino, los andantes se encuentran. Es tiempo de acudir presurosos al cruce de caminos y tomarnos una cerveza en la frescura de la noche de Sevilla que esta hermosísima.

Un saludo afectuoso de paz, poesía y libertad.

Pedro Luis Ibáñez Lérida.

Pedro Luis Ibáñez Lérida. Sevilla. dijo...

Saray, es difícil describir este inusitado y desconcertante sentimiento de saber de tu felicidad... Me alegro muchísimo por ti.

Ya sabes que te queremos desde la punta de los dedos de los pies hasta la misma coronilla

Un BErSO de vida.

Pedro Luis Ibáñez Lérida.

dulce dijo...

Cuantas andanzas
cuántos caminos
cuantas palabras
cuánta sabiduría
en sus ojos tristes
y sus manos arrugadas....

Gracias Pedro por recordarme a mi padre.

Un beso.