
Destapas la carne mansa,
la entibias en tu pecho.
Colinas de cielos encendidos,
aprestados y bulliciosos,
asomando la aurora huyen,
para refugiarse en mi cuerpo.
Desato este desconsuelo
en el parto de tus ojos,
mirándome lento, muy lento.
René Magritte. 1898-1967. Bélgica.
2 comentarios:
Bien cierto es que para dejar huella de lo que se quier decir no hace falta mucho espacio, acaso el margen derecho de una servilleta nos salva del olvido.
Siempre he admirado la concreción, te felicito.
Un abrazo
Marian.
Gracias Marian por tu visita.
Este territorio también te pertenece.
Entiendo La Poesía como lugar de encuentro y compartición. Así que puedes descalzarte y tomarte un café en el salón de éste tu lar. Y quedarte en él cuánto necesites o simplemente gustes.
Tambien nos encontraremos en el cruce de caminos que me lleva a tu Cuaderno.
Un beso de vida.
Un saludo afectuoso de paz, poesía y libertad.
Pedro Luis Ibáñez Lérida.
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