viernes, 23 de mayo de 2008

¡ Qué Amada siempre temida !


De un verso de Aziz Tazi. De la Obra Último aviso. 2007.

Me pongo de puntillas, pues a pesar de mi estatura, hay veces que prefiero sentir la pérdida de equilibrio. En mi caso juego con ventaja, pues aquella me evita tener la falta de visión cuando el resto caen sobre sus talones...

Así y todo me fui acostumbrando a que tu cercanía se hiciese hábito, costumbre y rito. Y, si bien, no había mayor empeño que dibujar el contorno de tu imagen en sí misma,. Tal vez, la necesidad de escribir que alimentaba, dio razones para iniciar este camino que no tiene fin.

Volví sobre la imagen de la estrella en la inmensa oscuridad de la colina. Allá no hacía falta más que detuviéramos el tiempo. Fue de tal modo que no supuso ningún enfado ni tristeza. Tenía tus ojos en mis poemas.

Siempre temí que te marcharas. Yo aquel día me despedí del trabajo. Las mesas se quedaron abarrotadas de vasos de café con leche colmados en su borde.

El tiempo me cogió de sorpresa y me hizo viejo. De golpe los paseos me cansaban.

Releo cuánto te escribí. Ahora ya no lo necesito, pero me gusta pensar que viajamos hacia el mar.

Fue tarde. Pero lo hice.Te busqué... ¡ quién sabe dónde andarás...!

Me agrada leer el diccionario... Estoico.
adj. Fuerte, ecuánime ante la desgracia.

Sólo leo. Ya no escribo.


La Persistencia de la Memoria.
Salvador Dali Domenech.
1904-1989. Figueres. España.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se que decir ahora mismo.

Últimamente me dejais sin palabras.

Un berso de vida

Pd: Nos tienes que pasar las fotoss!!! que en miniatura no se aprecian igual :P

Pedro Luis Ibáñez Lérida. Sevilla. dijo...

Las palabras son la estructura externa, el andamiaje de cuánto albergamos dentro de nosotros mismos. Una mala traducción que, pobremente, trata de traducir ese empeño legítimo de ofrecernos.

Gracias por tu rastro y Palabra Habitada.

... ya sabéis de mi "prodigiosa virtud informática", no obstante, intentaré tenerlas en breve. lo siento.

Eres increíble.

BErSOS en versos.

Pedro Luis Ibáñez Lérida.