jueves, 31 de julio de 2008

En mí























En mí,
porque fueron del rostro de mi padre,
quedaron sus ojos celestes.



Aprendiz de Ícaro. 1959.
Remedios Varo Uranga.

3 comentarios:

La sonrisa de Hiperion dijo...

La herencia no solicitada es la que llevamos en cada átomo de carbono que nos compone. Hasta la forma de respirar el aire.
Saludos

dulce dijo...

En los ojos, en los rasgos, en los gestos, en las percepciones mismas, voluntaria o involuntariamente atesoramos el legado de lo amado, para toda la vida.

Anónimo dijo...

¿Se puede aplaudir con las palabras?. De lo mejor que he leído en mucho tiempo. Bravo, bravo.