martes, 15 de abril de 2008
Me pierdo del vasto mundo
Me pierdo del vasto mundo
en el sencillo nombre que te digo.
Porque cerré la puerta,
y dejé mis miedos tras ella.
Buscándote me perdí,
con sólo aquel nombre
para encontrarte.
Logré hacerlo,
de la manera más sencilla:
no alce la voz,
sencillamente musité
las tres sílabas que lo forman.
en el sencillo nombre que te digo.
Porque cerré la puerta,
y dejé mis miedos tras ella.
Buscándote me perdí,
con sólo aquel nombre
para encontrarte.
Logré hacerlo,
de la manera más sencilla:
no alce la voz,
sencillamente musité
las tres sílabas que lo forman.
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2 comentarios:
Querido Pedro Luis:
Te escribo con cierto apuro, pues "mi nombre no tiene tres sílabas" y este espacio inicial, este primer comentario, creo que debería estar reservado para ocasiones más grandes que la mía. Aún así, tengo una "deuda poética" contigo, un muchas (muchísimas) gracias pendiente.
Muchas gracias por haber contado con nosotros, porque disfrutamos mucho (muchísimo) con vuestro grupo aquel día; porque sois ejemplo de cariño y de palabra compartida (y aquí la metáfora no se viste de nada, sino que aparece más desnuda que nunca para expresar la verdad)... Gracias.
Mañana iremos a compartir un rato con vosotros en vuestra sede. Hasta entonces:
a)brazos
b)esos
Salutaciones efusivas y entrañables, Amiga Poetisa. Fue para nosotros un placer compartiros en el escenario y en el ágape. Ahora sólo resta que nuestras Palabras se entreguen y disfruten juntas.
Gracias por tus hermosas palabras y estar ahí.
Un saludo correligionario de paz, poesía y libertad.
¡¡ Sé feliz !!
Pedro Luis Ibáñez Lérida.
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